Los dubia, como manifestación del ministerio de escucha
De acuerdo a lo que el Señor quiso, forma parte del ministerio que Él confió a San Pedro y sus sucesores confirmar en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22, 32). A lo largo de la historia y desde los primeros momentos esta prerrogativa pontificia se ha ejercido de múltiples maneras, de acuerdo a las circunstancias históricas de cada época. Destaca por su prontitud la corrección que San Clemente Romano (finales del s. I) hizo a la iglesia de Corinto, que se manifestaba dividida hasta el punto de que expulsaron a varios presbíteros. Parecería que los problemas que denunció San Pablo (cf. 1Cor 1, 10 ss.) todavía no se habían solucionado en la siguiente generación.
Desde que la Sede Apostólica pudo estructurarse, la función de confirmar en la fe a los cristianos se desarrolla, de modo diverso en cada momento, y últimamente a través de los organismos de la Curia Romana, los cuales no tienen otra función que ayudar al Romano Pontífice en su ejercicio del Primado. No se debe dejar de señalar que, como el Papa ha recordado, la Iglesia tiene una función de escucha recíproca, «en la cual cada uno tiene algo que aprender. Pueblo fiel, Colegio episcopal, Obispo de Roma: uno en escucha de los otros; y todos en escucha del Espíritu Santo, el “Espíritu de verdad” (Jn 14,17)» (Francisco, Discurso con motivo de la conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos), y que «esta vida de comunión da a la Iglesia el rostro de la sinodalidad» (Const. Ap. Praedicate Evangelium, n. 4).