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"Los divorciados y vueltos a casar civilmente, un verdadero desafío pastoral"

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La Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma está realizando esta semana el Curso de actualización en derecho matrimonial y procesal canónico. En su quinta edición, unos 250 trabajadores de tribunales eclesiástico procedentes de decenas de países se han dado cita en la universidad romana del 16 al 20 de septiembre.

Tras las declaraciones del papa Francisco a los periodistas en el vuelo de vuelta de la JMJ en Río sobre la dificultad de acceso a los sacramento de las personas divorciadas que se han casado de nuevo, se ha especulado mucho sobre hacia dónde irán estos cambios o adaptaciones. También ayer, en el encuentro con el clero de Roma, el papa trató este asunto. El santo padre ha reconocido que será uno de los temas que tratará con el consejo de cardenales que ha formado y que se reúnen el 1, 2 y 3 de octubre y también se verá en el próximo Sínodo de los obispos.

Universidad de Coimbra (Portugal)Y hoy ha sido uno de los temas centrales en el curso de la Universitá della Santa Croce. Héctor Franchesci, profesor de derecho matrimonial canónico, al hablar de divorciados vueltos a casar y nulidad matrimonial ha comentado que las palabras del pontífice en el avión "no proponían un cambio de praxis, sino la necesidad de profundizar la cuestión y la necesidad de ir al encuentro de estas personas que se encentran en una situación, muchas veces de gran sufrimiento, y en la que no debemos dejarles solos".

Tal y como ha afirmado "en la Iglesia de nuestros días, la situación de los divorciados y vueltos a casar civilmente se presenta con un verdadero desafío pastoral". Teniendo en cuenta la diversidad de situaciones para el tema de esta sesión, el profesor ha seguido algunos documentos del magisterio eclesiástico e intervenciones de los pontífices, centrando la atención principalmente sobre una de las situaciones irregulares que mayores problemas presenta en nuestro días en la acción pastoral de la Iglesia: la situación de los bautizados divorciados y unidos de nuevo civilmente.

Durante su exposición ha analizado los siguientes documentos: Exhortación apostólica Familiaris Consortio (Juan Pablo II); Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la recepción de la comunión eucarística por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar (Congregación para la doctrina de la fe); Declaración sobre la admisión a la comunión eucarística de los fieles divorciados vueltos a casarse (Pontificio Consejo para los textos legislativos); Directorio de Pastoral Familiar (Conferencia Episcopal Italiana); Directorio de Pastoral Familiar de la Iglesia en España, (Conferencia Episcopal Española); Al clero del Valle de Aosta (Benedicto XVI, 2005); Exhortación ApostólicaSacramentum Caritatis (Benedicto XVI), rueda de prensa (Papa Francisco 28 de julio 2013).

La Iglesia, ha explicado, consciente de su gran deber de cuidar la verdad sobre la indisolubilidad del matrimonio como un bien de la persona y del grave daño que una pastoral equivocada causaría a la comunidad eclesial, ha reafirmado la verdad de la indisolubilidad del matrimonio, subrayando al mismo tiempo la necesidad de una actitud pastoral de caridad y de misericordia en los relacionado con aquellos que se encuentran en estas situaciones, siempre en el respeto de la verdad, para que puedan embarcarse en un auténtico camino de conversión.

Asimismo, ha señalado que teniendo en cuenta la complejidad de las distintas situaciones, es necesaria una cuidada acción de discernimiento pastoral, como requisito previo para poder ayudar a los bautizados en su situación concreta. Por eso, ha recordado el profesor las palabras de Juan Pablo II en las que afirmaba que a los divorciados vueltos a casar se les debe ayudar con auténtica caridad pastoral para que no se sientan excluidos de la Iglesia.

También ha recordado las palabras del papa Benedicto XVI, cuando subraya que "la razón de la praxis de la Iglesia se encuentra en la relación estrecha que existe entre matrimonio y Eucaristía: 'La Eucaristía, sacramento de la caridad, muestra una relación particular con el amor entre el hombre y la mujer, unidos en matrimonio. Profundizar esta relación es una necesidad propia de nuestro tiempo'".

Del mismo modo ha tratado otro aspecto importante relacionado con los fieles vueltos a casar, el de la admisión al sacramento de la penitencia. Ha nombrado de nuevo al beato Juan Pablo II para señalar que él afirmaba que "la reconciliación en el sacramento de la penitencia -que abriría el camino al sacramento eucarístico- puede ser concedida solo a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida no más en contradicción con la indisolubilidad del matrimonio".

Otro tema abarcado durante la intervención ha sido el de la nulidad del matrimonio. Y ha preguntado, ¿es la nulidad matrimonial una posible solución a la situación de los divorciados vueltos a casar?

Nulidad

El profesor Franchesci ha asegurado que no es una pregunta superflua. De ello ya habló Benedicto XVI y también lo ha hecho el papa Francisco. Frente a esta cuestión el relator ha señalado que hay cuatro cuestiones a tener en cuenta: el hecho de si hay más matrimonios nulos ahora que en el pasado, la posible nulidad del primer matrimonio, el derecho a un proceso justo y rápido, la cuestión de la llamada 'nulidad de conciencia'.

El profesor ha explicado que ya Pablo VI, en el discurso a la Rota Romana de 1963 se planteaba el problema de si ahora hay más matrimonios nulos que antes al constatar una debilitación de la conciencia moral que no podía no tener graves consecuencias sobre aquellos que se acercan al matrimonio, con el aumento del riesgo de matrimonios nulos. Del mismo modo Benedicto XVI en su diálogo con el clero del Valle de Aosta en 2005, se planteaba el problema de los divorciados y vueltos a casar en lo relacionado con la posible nulidad del primer matrimonio, comentando que "particularmente dolorosa es la situación de los que estaban casados por la Iglesia, pero no eran realmente creyentes y lo han hecho por tradición y después encontrándose en un nuevo matrimonio no válido se convierten, encuentra la fe y se sienten excluidos del sacramento (la eucaristía)".

El profesor explica que el papa emérito cuando afronta en los años sucesivos el problema, vuelve sobre la cuestión de la posible nulidad de la primera unión, confirmando la praxis que Juan Pablo II explicaba en la Familiaris Consortio. "Su posición, como se ve por sus palabras, es de verdadera actitud pastoral, la cual está fundada en el amor por la verdad y la justicia, es decir, sobre lo que es justo, debido, según la verdad", ha comentado.

Asimismo recuerda que "la sentencia canónica de nulidad tiene una naturaleza declarativa, por la que los juicios pueden emanar una sentencia de nulidad solamente cuando han alcanzado la certeza moral sobre la nulidad, fundando esta sobre los actos y las pruebas del proceso". Esto no quita que la responsabilidad pastoral exige, ha explicado el profesor Franceschi, "el buen funcionamiento de los tribunales y el respeto del derecho de los fieles a acceder a un proceso justo y equo".

A continuación ha añadido que un aspecto de gran importancia "si queremos ser coherentes con las enseñanzas pontificias y dar a los fieles los medios de los que tienen derecho para conocer la vedad de su situación, es el acceso al proceso declarativo de la nulidad matrimonial". Tal y como comenta, en muchas ocasiones se escucha a la gente decir que solamente quien tiene medios económicos puede iniciar una causa matrimonial. Al respecto, explica el profesor que un estudio atento de las causas que se presenta en los tribunales eclesiásticos de la Iglesia desmiente totalmente esta afirmación. Y toma como ejemplo que las causas que llegan a la Rota Romana provienen de las más diversas culturas y países, la gran mayoría de ellas tienen que ver con personas comunes, a menudo sin recursos económicos y sin una especial formación cultural.

Pero es necesario tener en cuenta, ha proseguido en su discurso el profesor, que solo un sistema judicial bien organizado podrá hacer frente a todas las peticiones de los fieles, independientemente del hecho que éstos tenga o no posibilidad de hacer frente a los gastos del proceso. Asimismo ha señalado que algo que se debe evitar es admitir solo las causas que, desde el momento de la presentación, están muy claras respecto a la nulidad del matrimonio. También ha resaltado que se debe hacer un esfuerzo para que los procesos de declaración de nulidad del matrimonio no se alarguen demasiado. "Se debe partir del presupuesto que el punto fundamental de encuentro entre derecho y pastoral es el amor por la verdad", ha comentado.

La nulidad de conciencia

Una de las soluciones aparentemente pastorales que se han propuesto para resolver el caso de los divorciados vueltos a casas que quieren acceder a los sacramentos, es la llamada nulidad de conciencia, según la cual, si los fieles estuvieran seguros en conciencia de la nulidad del primer matrimonio, podrían dirigirse a la comunión eucarística a pesar de su unión en un segundo matrimonio. Al respecto, el profesor Franceschi ha explicado que esta doctrina no tiene en cuenta que el matrimonio no es una cuestión meramente privada sino que tiene una dimensión formal y eclesial.

Por eso, "el juicio sobre la validez o la nulidad de un matrimonio no es un juicio de la conciencia moral, porque no afecta directamente el bien que se debe hacer o el mal de evitar. Es un juicio sobre una situación jurídica, social, la realidad o la inexistencia del matrimonio".

En la conclusión de su intervención, ha subrayado el hecho de que cada vez se ha dado más espacio a una auténtica pastoral del acompañamiento y de la conversión, sobre la cual "debemos todavía profundizar para evitar que los divorciados y vueltos a casar se sientan excluidos de la vida de la Iglesia".

En la búsqueda de soluciones, ha continuado, "la verdad y la caridad pastoral no se contraponen: el amor por la verdad y una auténtica mirada de pastores, que deben ir al encuentro de las ovejas, dará las respuestas a estas graves situaciones, sabiendo que no sirven las praxis generales que, con un erróneo sentido 'pastoral', no indican a los fieles que es el bien, su bien, y lo que sea el mal".

Al concluir ha recordado que "solo en el respeto de la verdad y en la fidelidad al bien de la indisolubilidad, que es un bien de la persona y para la persona, se podrá construir una auténtica pastoral para la ayuda y el acompañamiento de los fieles divorciados y vueltos a casar".

Adaptado del servicio de la Agencia Zenit, 17 y 18 de septiembre de 2013

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